Los minutos parecían horas, las horas días y los días años, sin embargo, esperé con paciencia.
Esperé tener una oportunidad, una puerta, un resquicio por el cual entrar y como un ladrón robar algo que no me pertenecía, sin embargo nunca pensé que una vez dentro, no tendría salida y me quedaría atrapado a mi suerte.
Atrapado con las inseguridades, los problemas del diario vivir que se acumulaban, las miradas perdidas, los suspiros melancólicos, las madrugadas frías y silenciosas llenas de pensamientos negros, el miedo a tropezar y no ser capaz de levantarse, con las palabras que se negaban a salir por temor a sonar falsas, con la ira, el rencor, la venganza, la falta de carácter, la mentira.
Atrapado con los demonios de un pasado que se niega a morir, y en su lucha por sobrevivir desgarra, aplasta y destruye.
Desperté sobresaltado cuando el reloj marcaba las 2:00am
-La madrugada era fría, silenciosa, inerte-