El viejo Acuña

Nunca escribi en un bus...

Talvez porque cada persona que cruzaba sus barras me traia rostros nuevos con los que distraerme mientras les doy historias a cada uno de ellos.
La señora con su chal saliendo de la consulta médica, el cáncer no reacciona al tratamiento. 
El joven moreno avejentado  por dejar un poco de sí mismo en su trabajo cada día, su mujer le dijo hoy que será un varón. 
La niña que junto a su madre va comiendo un helado tarareando suavemente, su madre la premió por acompañarle a firmar los papeles del negocio. 
El señor que le cede un campo a una mujer embarazada, su nieto lo llamó por su cumpleaños. 

Tantas historias, mas cuando miro por la ventana y mi oscuro reflejo devuelve la mirada es cuando recuerdo porque nunca escribí en un bus.

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