Nunca escribi en un bus...
Talvez porque cada persona que cruzaba sus barras me traia rostros nuevos con los que distraerme mientras les doy historias a cada uno de ellos.
La señora con su chal saliendo de la consulta médica, el cáncer no reacciona al tratamiento.
El joven moreno avejentado por dejar un poco de sí mismo en su trabajo cada día, su mujer le dijo hoy que será un varón.
La niña que junto a su madre va comiendo un helado tarareando suavemente, su madre la premió por acompañarle a firmar los papeles del negocio.
El señor que le cede un campo a una mujer embarazada, su nieto lo llamó por su cumpleaños.
Tantas historias, mas cuando miro por la ventana y mi oscuro reflejo devuelve la mirada es cuando recuerdo porque nunca escribí en un bus.
La miró a través de un viejo cristal empañado, su sonrisa parecía que no envejecía, a pesar del tono sepia del papel fotográfico en el cual habitaba su recuerdo. Recordó el sonido místico de su risa en medio de la noche, una noche fría, una noche oscura y llena de odio a sí mismo.
Se odiaba por no haber sido lo suficientemente humano para lograr acercársele, conocerla y compartir con ella como cualquier hijo haría con su madre, se odiaba por haberla apartado de su vida y haberla evitado durante 10 años, se odiaba porque no la tenía ya, y no sabía como debía sentirse al respecto.
Ese día, supo que nunca había dejado de ser su hijo, pero ella ya había dejado de ser su madre
Yo es que, ya no lo quiero, me sofoca y si no sé nada de usted mejor - dijo Raquel mientras me miraba nerviosamente, como si le pudiera reclamar algo, como si me fuera a enojar, sin embargo solo sonreí.
Pero...Y todo este tiempo qué? - acaté a medio balbucear - no deberíamos como intentar mejorar la situación? no es muy fácil terminar todo y ya? mi amor...-empecé a decir pero Raquel me interrumpió.
No es fácil, me cansé de intentarlo, y creo -Meditó durante un momento- No, estoy segura que todo este tiempo fue un error y entre más rápido salgamos de esto va a ser mejor para los dos - dijo con la mirada perdida, evitando leer aquello que yo le quería decir con la mirada- Usted es un cavernícola, parece que a pesar de todo este tiempo no me conoce o que no le importo! - hizo una pausa para observar el efecto de sus palabras en mi ser - Antes de conocerlo no había nada de lo que yo me arrepintiera en la vida
No recuerdo que más me dijo, no recuerdo cuando se fue ni cómo lo hizo, lo único que recuerdo son sus negros cabellos ondeando al viento y su mirada pícara encontrando la mía el día que le dije que quería vivir a su lado el resto de mi vida.
Era de noche y solo la luna acompañaba al eco de sus pasos por las oscuras calles de la ciudad, 20 millones de habitantes y ninguno salió a observar la extraña figura que paseaba con su sombra apesadumbrada la cual incluso le abandonaba por ratos para ir a conspirar con las demás sombras que se reúnen la noche.
Su lento caminar auguraba una maldad siniestra, un destino tétrico para un alma en pena la cual en vida se dedicó a vagar alienada, vacía, incompleta.
Entonces, la luna se ocultó y solo fue la noche.
"Está el dolor y está el dolor"- dijo al mirarme luego de morder suavemente el lóbulo de mi oreja, sus ojos chispeaban con la mezcla de maldad y picardía que sólo el licor hace que nazca en el hombre
Está borracha! - Le dije apartándome levemente de su abrazo - el dolor solamente puede ser físico o emocional, y en ningún caso me siento anuente a experimentarlo, al menos no por algo superfluo, para esa gracia mejor vuelvo a mi encierro.
Estoy borracha sí, por su culpa y heme aquí, haciéndole señales de humo para que usted las siga, y es tan difícil...usted no es una persona normal.- dijo mientras bajaba la cabeza, pensativa. Pero le voy a decir algo, el que no arriesga no gana, puede encerrarse todo lo que quiera y sin embargo por algún lado le llegarán las noticias de que la vida pasa -colocó su mano en mi pecho- hay dolores que nos recuerdan que estamos vivos y hay vivos que nos recuerdan que el dolor existe, pero algo hay que aprender de todo esto - Guardó un silencio dubitativo y me abrazó fuertemente
Y eso es? - Pregunté mientras la analizaba de pies a cabeza, pensé en lo que quiso decir y en lo que no quiso decir, pensé en el tono de su voz, pensé en la inflexión de la oración, pensé en los diversos significados de las palabras que había pronunciado, pensé en el contexto social de su crianza, pensé en el año, pensé en el mes, pensé en el día y pensé en la hora, avergonzado, caí en la cuenta que pensé en todo menos en ella.
El dolor le va a decir - susurró desvaneciéndose en la penumbra